ORACIÓN

SEÑOR,


Enséñame a vivir
como Tu viviste.
Muéstrame el norte
de Tu senda.
Que yo pueda sufrir y perdonar
como Tu lo hiciste,
cuando te humillaron y vejaron,
cuando sentiste tentaciones
y las venciste.

Que yo pueda
también rechazarlas
y perdonar al que me ofenda.
Porque siempre habrá
caminos malos
y caminos buenos,
y tu senda es estrecha
pero transparente y abierta,
mirando al cielo,
al azul celeste.

Que vuelva tu paz
al mundo,
Que renueven las plantas
sus capullos,
Y al madurar
los frutos, las aves
alimenten y sus cantos
sean arrullos que
perduren en los campos.

Nosotros necesitamos de Ti.
de Tu mirada plácida.
de Tus brazos poderosos.
de Tus manos afanosas,
por salvarnos.
de Tu estrella, de Tu manto,
para que nos abrigue
cuando el frío de la nada
nos reclame. Entonces
queremos ver Tus huellas
mostrándonos el paso,
De ésta vida de mortales
sin alma, a la eterna
primavera de Tu estancia,
Llena de luces,
De estrellas y fragancias.

lunes, 3 de septiembre de 2007

Recuerdos

RECUERDOS

Cuando hablaba de la necesidad de hacer que nos llegue el ferrocarril por cualquier lado, me parece que he tenido toda la razón. Porque cuando Barbosa estaba en su apogeo, era cuando los trenes y autoferros de Cundinamarca, Boyacá y de todos lados, venían gentes buscando cambio de clima y de paisaje.

Los Ferrocarriles Nacionales invirtieron una fuerte suma en el hotel de turismo de Agua Blanca, lindo lugar hoy cerrado al servicio para el cual fue construido, porque nadie llega a él. Unos dicen que la violencia, otros cualquier cosa, pero yo creo que todo se debe a que dejó de venir el tren y también los autoferros. No se oyen sus pitadas sonoras, que despiertan los seres al progreso. Ese grito lastimero por lo general, que en muchas ocasiones hacía brotar lágrimas de nuestros ojos y que veíamos serpentear por las carrileras, en ocasiones llenos de esperanzas, es necesario. Las carreteras son más áridas. El tren hace latir los corazones y es más cómodo para viajar. Santander se movilizaría más, habría más halagos para el turismo interregional, si trenes y ferrocarriles nos transportaran. Cuánta gente iría a Barranca si un buen tren nos asegurara llegar a tiempo, gozando de la Ciénaga de San Silvestre, de un paseo por Casave o de un baño de importancia mirando los pozos petroleros que poseemos, y la manera como se elaboran en la refinería los subproductos, para lograr el adelanto industrial a base de plásticos, detergentes, gasolinas, gases, azufre, parafina, asfaltos, etc.

Pero todo debemos hacerlo monótonamente en un carro o en un bus, sin esas emociones de un viaje en tren, que permite atravesar selvas por un sendero angosto.

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